Desdeñarnos, desdeñarlo todo, es ser como ellos,
los que invocan enlucidos derechos,
pero nos amputan el ansia nuestra de volar,
la de los ángeles Caídos y expropiados de la vida.
Ahora que debemos ser Vigilantes protectores,
de los dioses menores que no tienen cobijo en los templos.
Ahora que debemos ser Vigilantes protectores,
de los dioses menores que no tienen cobijo en los templos.
Abandonarse al desaliento, cuando hay gente que
ha llorado en silencio, por
las infamias que te halagan,
es dar carne de cañón
a la buitrera del emperador.
Decirnos que no os entendemos, y menos a ti,
es llamarnos tontos sombrios, que no sabemos lamernos
ni lamerte las heridas, con el labio eficaz que no atosiga.
ni lamerte las heridas, con el labio eficaz que no atosiga.
Tú dijiste un día de esos primeros, que comprendías
el que hubiera gente desconfiada de ese viejo partido tuyo,
de que tus intenciones podían
ser tenidas por viejas;
pero ahí los tienes,
son los que intrigan, teóricos compadres
y comadres de toda la
vida, que usan el altavoz del enemigo.
Ahora uno de los
sacerdotes más ilustres de su sanedrín
quiere pactar con el partido de los traidores al trabajo;
sumiso seguidor de antiguos dueños de la farsa revoluta,
acabará entre los restos
que destrocen a ese otro grupo centenario,
con los zarpazos de su jauría
de hienas lycaon, por apropiarse
la carroña de un
botín sin dejar pistas de su farsa y su mentira.
Pero antes intentarán destrozar el vuestro,
que ya es un poco, un mucho, el nuestro,
con la venia, y lo es por tí y quien te acompaña.
con la venia, y lo es por tí y quien te acompaña.
Yo también soy un friki (lo he sido siempre)
en mi entorno ideológico de fabriles nimiedades.
en mi entorno ideológico de fabriles nimiedades.
Un ser acostumbrado a perder batallas, unas veces,
por ir a lucharlas con el ánimo ya entregado,
otras por la rutinaria incomprensión y displicencia de otros
triunfadores sin sudor, sin el ardor de la vida soplándoles la oreja.
triunfadores sin sudor, sin el ardor de la vida soplándoles la oreja.
Yo también soy un ángel que cayó desde un cielo
cómodo y aparente de
algodones, y barata mentira cobarde,
para dar con mis
huesos, como potestades de luz,
allá donde más falta hace el brillo,
para que no se apaguen
tus ojos,
vuestros ojos de estrella
infinita.
APU
2015-01-18
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