El voyeur, el miron, el curioso, es un oscuro comediante. Es repulsivo en su oscuro anonimato, en su secreta invasión. Está lastimosamente solo. Pero, curiosamente, es capaz a través de este mismo silencio y ocultación de convertir en ignorante pareja a cualquiera al alcance de su vista. Esta es su amenaza y poder.
No hay casas de cristal, las persianas se bajan y la vida "real" empieza. Algunas actividades son imposibles al aire libre. Y estos sucesos secretos son el juego del voyeur. Los busca con su innumerable ejército de ojos -como la noción que tiene un niño de una deidad que lo ve todo-. "¿Todo?", pregunta el niño. "Sí , todas las cosas", le responden, y el niño tiene que arreglarselas solo con esa intrusión divina.
El voyeur es un masturbador, el espejo su insigna, la ventana su presa.
Jim Morrison, de "Los Señores"
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