martes, 17 de marzo de 2015

XXI No hay casas de cristal,

El voyeur, el miron, el curioso, es un oscuro comediante. Es repulsivo en su oscuro anonimato, en su secreta invasión. Está lastimosamente solo. Pero, curiosamente, es capaz a través de este mismo silencio y ocultación de convertir en ignorante pareja a cualquiera al alcance de su vista. Esta es su amenaza y poder.


No hay casas de cristal, las persianas se bajan y la vida "real" empieza. Algunas actividades son imposibles al aire libre. Y estos sucesos secretos son el juego del voyeur. Los busca con su innumerable ejército de ojos -como la noción que tiene un niño de una deidad que lo ve todo-. "¿Todo?", pregunta el niño. "Sí , todas las cosas", le responden, y el niño tiene que arreglarselas solo con esa intrusión divina.



El voyeur es un masturbador, el espejo su insigna, la ventana su presa.




Jim Morrison, de "Los Señores"

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