martes, 3 de marzo de 2015

El RELATO HISTÓRICO-MÍTICO o UNAS CONVERSACIÓNES ENTRE MEÑIQUE, VARYS y SAMSA








 












Ultimamente se habla mucho del relato. Desde unas trincheras, se dice, que los de la otra trinchera les han robado, con oportunismo y listeza zorruna, la capacidad para construir un relato sobre la España histórica más reciente. Pero también sobre la totalidad de la historia de España y sobre la economía. Sobre lo que es viable o no en economia. Estamos bastante hartos últimamente de escuchar desde ciertos lugares del espectro seudocientífico de la intelligentsia económica, como nos aburren con que determinado tipo de políticas son una utopía, irrealizables. Y más cuando nunca se han probado en conjunto armónico y coordinado, en gran medida por obstrucción de estas fuerzas detractoras. Mientras tanto, el relato o teoría de estas fuerzas críticas, se ha mostrado en la realidad ya totalmente caduco y letal en la más cruda realidad. Pero ellos siguen imperturbables, porque el desaliento les dejaría sin las ganancias que la pobreza general les procura.

En cuanto a este relato, o al relato periodistico de cada día,  y sobre todo al relato total sobre la historia de España, no es lo más importante encontrar un relato alternativo y válido que sustituya a uno caduco, trasnochado, rancio, pringoso, redundante, estéril, y por encima de todo injusto. Y más aun tendencioso y falto de rigor. Porque el problema ya a estas alturas, más que el propio relato, que es fundamental, es el mensajero, el relator. Normalmente no se le da ninguna importancia.. Se habla de la injusticia de matar al mensajero. Sobre todo se trae esa queja a colación, faltaría más, por el gremio de los mensajeros. Pero es que hay mensajeros que ya han perdido toda credibilidad, y sobre todo cualquier legitimidad, para ser elegidos o considerados por la sociedad como los narradores de nuestra historia. Toda una patulea de tertulianos y columnólogos pícaros ( lo más pícaro, picaresco y letal para trepar o/y matar en la corte), y de buhoneros con mucha PRISA por colarnos  su cuento del abuelo. Se han puesto claramente al descubierto sus intenciones y sus intereses  a la hora de contarnos su relato bien urdido. Y ya nadie que no piense un poco les puede creer. Ellos siguen alegando, como Varys, qué sería del estado, de la cohesión nacional, sin ese relato (para Petyr Baelish es una mentira que han ido contandose de generación en generación, y haciendo como que se la creían). Solo que lo que busca Petyr Baelish es el caos para pescar en rio revuelto, donde no caben historias ni sabios que investiguen la verdad. Ninguna clase de verdad, ni siquiera una teórica y supuesta "verdad",  interesada por el bien común. Para Meñique solo vale el caos de luchar por quien miente mejor para sus propios intereses  (la supervivencia del más apto, a la hora de tener menos escrúpulos).

Pero todos los que seguimos atentos y alertas a los relatores oficiales y de cámara, nos damos cuenta que su relato hace tiempo que no tiene, ni busca, ningún fruto para el bien común, sino para su propia causa espúrea y torcida, de saciar los apetitos indecentes de sus amos.

Hasta se pueden contar historias verosímiles sobre OVNIS, FANTASMAS, ÁNGELES, HADAS, COCHES INTELIGENTES; sobre todo lo imaginable (luego está el libre albedrío de cada uno para decidir creerselas o no). Pero lo importante es la legitimidad de conocimientos, fuentes, intenciones y fines que busquen esas historias.

En estos momentos, repito, tan importante o más que el mensaje, es el mensajero. Demasiadas veces he visto en mi vida suicidarse profesionalmente a los mensajeros, solo por la urgencia de seguir en su sillón, contandonos sus descaradamente interesadas historietas.  Los Lord Varys, con su condicionadamente desinteresada razón de estado, o los Petyr Baelish (con su cínico interes de trepadores y medradores profesionales), nos cuentan su historieta. Pero casi todos somos como una inocente Samsa, intentando descifrar la verdad a través de sus palabras torcidas, y colar la nuestra entre ellas. Petyr Baelish (Meñique) le dice a Samsa, cuando ve que ella quiere sobrevivir aprendiendo a mentir en la corte:

-Mira alrededor tuyo chiquilla, aqui todos somos unos embusteros. Y todos y cada uno de nosotros mentimos mucho mejor que tú.








SER SINVERGUENZA

La vergüenza puede ser en ciertos casos
una señora  a la que nunca te presentaron.
Y si lo  hicieron, no quisiste ligar con ella,
quizá porque tenía la maldita costumbre
de escupir la verdad en tu cara.
La vergüenza, si   acostumbras  a vivir sin  argumentos,
es una tía con la que no querrás  bailar nunca.
Solo es una compañía ideal para otear vergüenzas ajenas,
secretos  con  los que nadie te dio cita,
por ese  agujero voyeurista que usan los desnortados.
Hay otra vergüenza que es vergüenza ajena
y de la que la gente de mejilla ágil es adicta.
Se la presentaron muy temprano,
rumiando todavía  algún  recuerdo  mamoncete,
y sorben  de ella como lampreas  con bulimia.
La chupan en papeles de brillo  en casquería,
y son también adornos que llevan a diario,
como vehículo  de moda  en  convivencia  intemporal .
Pero en lo relativo a  la vergüenza,
a la vergüenza propia,
es una emoción  con sensaciones,
que a muchos nos presentaron algún día.
Pero es incómoda, es dura,
es muy cicatera  con las alabanzas,
y se empeña en buscar por un incómodo agujero
que mira siempre hacia adentro.
Suele odiar la adulación, y no practica el cotilleo,
ni siquiera a través de la corriente cableada
que ensambla curiosidades malsanas, a veces,
a  través de canales de onda insólita espectral.
Será bueno que algún día, 
si eres un ser de esos,
de grueso y vacuo espesor  en los anhelos,
preguntes por ella,
o sugieras que te la presenten con su verdadera cara.












No digas que no te avisé, es una dama implacable,
pero leal, y no hace distingos.
Aquí está,  aquí  te la presento, a mi me sobra.
Está cerca, la llevabas siempre a tu lado,
pero nunca quisiste charlar con ella.
Hazlo ahora, hacedlo los seres  novatos, es muy sano,
pero aviso de nuevo,
es un   espejo que demasiadas veces
os  gustará romper a pedazos,
como si esa imagen  no fuera  nadie.
Yo me rompí así  varias veces,
hasta que logré atravesarla con los ojos.
Si la veis por primera vez y os reconocéis,
os  dominará, ya lo dije, el   deseo  de destruirla,
para no  admitir  que había espinas
en la rosa  de  cartón  que era esa vida.
Para  hacer con sus  añicos un cómodo sofá,
y  que no la conozca  ni  una inexperta  vergüenza.
Si no te presentaron a la señora vergüenza,
te acostumbrarás  al  ligue volátil,
a disimular tu fealdad  con la excusa de un día malo,
o una mala noche solo,
y tu pobreza  la vestirás, haciendo volatines en las nubes.
Quizá encuentres  una compañía con caché
y  poco oficio muy decorativo,
para con su escudo, contarle a  la primera  minifalda,
que vas a reflotar  tres bancos,
comprando palomas de oro, y cigüeñas que hablen bronces.
Si  no te presentaron a la señora vergüenza,
puedes robarle al vecino hasta las tripas y reírte,
y  llorar luego a la vez, porque un ladrón de poca monta,
te robó un reloj de mercadillo.
Si, pongamos, eres una raja de carmín,
sombreada con faldas y a lo loco,
una tía de talante fresco interclasista, 
y sin arrugas de conciencia,
alegaras que te cuesta sudar sangre
vivir del machismo de los hombres.
Que tu ropa la persigue Moda-Shopping,
y tus piernas son  un  arte sol Corinto.
Todo esto haréis  si  no  miráis  a vuestro lado,
y  veis un ser  de hielo y fuego que os pregunta,
..”qué, cómo, dónde, cuándo, por qué  tú”,
al que seguís empeñados en no dar la mano,
por  terror a que os lleve hacia el camino
que va directo a la puerta  que atraviesa el desencanto.
APHU
2013-11-06






































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