miércoles, 4 de febrero de 2015

BORRARNOS DEL MAPA.-





Hay mucha gente, sobre todo políticos, que están acomplejados porque dicen que en muchos países la gente confunde España con Méjico y no la sitúa en el mapa. Unos dicen que Aznar la situó en el mapa al hacerse amigo de Bush, otros dicen que fue Felipe González por hacerse amigo de Miterrand y de Willy Brandt, de Flick y de Flock, otros que fue Suarez, otros que Zapatero que dicen se ha hecho supuestamente amigo de todas  las clases pasivas. Hay gente que no tiene amigos en casi ninguna parte, aunque últimamente, por suerte, van aumentando. Otros da  igual si vienen o no vienen a España en patera, siempre tienen las de perder. Lo tienen peor que Evo, Chavez  en sus tiempos, Castro, y ahora Maduro. Aunque estos, en España, son de la gente que va aumentando su muchachada de amistades y compadreo guerrillero.

Por otro lado, hemos tenido un rey (el rey abuelo), que cada vez era, o parecía más enemigo de los españoles que cometían el delito de nacer en España, sobre todo si eran, o son, de Cataluña, Galicia o del País vasco. Y que se pasen de la raya de ser, nada más, unas regiones o nacionalidades autónomas, con ricas cualidades entrañables. Unos dicen que ha sido el Rey mas indiferente con el español anónimo, otros sobre todo para hacerle la pelota,-por qué no se callan-, siguen con lo de motor del cambio, aunque ya no le quede motor, ni caja de cambios. Un tercer grupo, quizá lo diga por debilidades del cariño que ciega el buen juicio, lo que en parte les honra. Con esto llego a la conclusión de que o el rey no debería haber sido rey, por lo menos de España, o debería haber sido rey de otro sitio muy lejano, Groenlandia o Islandia, la isla del tesoro, Graceland, o una Atlántida llena de yates y de montañas nevadas, por lo del esquí, no piensen mal. Por lo menos como mínimo, no debería haber estudiado geografía, o debería haber sido mujer que no sabe leer mapas.
Yo estoy extrañado de que vengan al año más de cuarenta millones de turistas y nosecuantos miles de inmigrantes, sin conocer donde está España en el mapa, a mayor gloria de ciertos bolsillos que no tienen patria, ni corazón, ni estómago, ni escrúpulos. Eso, o dice muy poco o mucho de los mapas, o dice mucho de la falta de cordura de los políticos que quieren que España sea invadida a toda costa de gente que supuestamente les vote a ellos, que admita contratos basura, más basura de lo que admiten los españoles, que ya es decir, y que fomenten el turismo inmobiliario para mayor gloria de los ayuntamientos y de los pocos vendedores de souvenirs y oficinas de turismo que incluyen a España en sus mapas. Yo estoy deseando que el mundo se llene de mujeres que ejerzan de mujeres, que dicen que no saben leer los mapas, o que España desaparezca de verdad del mapa. Que solo venga del norte, alguna sueca rubia y joven, y que las playas del sur vuelvan a ser playas salvajes llenas de lobos de mar, focas y elefantes marinos sin bañador, si es posible. De  pingüinos, gaviotas exóticas, tortugas marinas y toda clase de aves, delfines, peces voladores, Neptunos, algún sueco, inglés o alemán, ya mayor y despistado. Intelectuales que busquen solo calma total y no en rebaño, aspirantes a modelos y actrices jóvenes en tanga obligatorio, etc. Yo haría de tiburón para morderle en el culo a la sueca rubia y me zamparía cualquier humano con pinta de político metido en el negocio inmobiliario, promotor, arquitecto con título comprado en un todo a cien, o a algún turista despistado. Llenaría todo el mediterráneo de bombas de Palomares y obligaría a todos los descendientes de Fraga a bañarse en ese mar para así espantar a más turistas. promovería una política, para que lo snegraoafricanos y los magrebíes tuvieran una entrada digna en España, como turistas, trabajadores o lo que fuera. que pudieran pasar días de ralajo en haciendas de fincas salvajes en Andalucía, disfrutando del arrullo de las tórtolas y los rabilargos. Como sultanes Shongay o del reino de Gao. Trurismo caro, trrismo menos caro, o más barato, pero yendo a la calidad. Para cocerse a gin tonics y felaciones, los guiris teutones y albiones ya tienen Madrid, Barcelona , Valencia, o mejor todavía sus ciudades costeras, donde hace más fresco y el alcohol entra mejor.
           
Quizás así España empezaría a ser un país serio, que sintiese autoestima por sí mismo y no por el número de turistas que nos visitasen. La gente viviría para vivir y disfrutar con su trabajo, y no se desviviría por forrarse de dinero a toda costa, y a costa de su salud principalmente. Tendríamos un cierto turismo con derecho de admisión que admirase las playas desiertas y los bosques  sombríos o los prados luminosos, y el derecho a roces tiernos. Dejaríamos de vivir del cuento de Fraga del turismo barato y del pelotazo urbanístico de Simancas, E.Aguirre, Gallardon, Ruth Porta y los socialistas y comunistas en general y sobre todo de Marexbella. Los poceros se dedicarían a hacer pozos en vez de ser los ídolos de una cierta alta burguesía borracha de estupidez y sedienta de dólares, de yates y de mediocridad disfrazada de éxito barato. Al GIL y a el pocero, o al mismo Fraga, al alcalde de Barcelona, y a los gobernantes andaluces y de Baleares solo les votarían y les lamerían, o roerían el culo, los presos de máxima seguridad contra derrumbamientos, y probablemente las ratas de laboratorio, mediante las correspondientes y previas descargas eléctricas.


Con la bomba de Palomares encerrada y asegurada en cualquier central nuclear en desuso, quizá (investigando con I+d+ colaboración científica experta) pudieramos ser una potencia nuclear como Irán, Francia, no sé si China, Rusia. Y les haríamos la peseta a los americanos, para que nos dejaran en paz con la OTAN y el dólar; y los alemanes con el euro.

Seríamos un país libre, como el sol cada mañana puede decidir no brillar para un bravo guerrero de la música. O la lluvia puede decidir que tiene que caer como una miliciana del  amor .

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