domingo, 8 de febrero de 2015

CADA VEZ.-






Cada  vez  que un  hombre de Gran Empresa,
o una adalid neocon, platica de valores,
yo, sí,  me  echo  a  temblar.

Cada  vez que un político caduco, habla de volver
para salvar al país, yo me echo a temblar.

Cada vez que un obispo muy fondón,
o cada vez que un Papa seudoprogre,
habla  de  generosidad, yo, sí, me echo a temblar.

Cada vez que un icono sportivo de
 la cultura política,
o  de la política cultural,
nos dice que todos somos algo o alguien,
yo, sí, me echo a temblar.

Cada  vez  que  un columnista alumbrado
por  los  grandes  valores  publicanos,
nos echa la bronca  desde  su  púlpito
bronceado con laca  de boñiga,
yo me tapo la nariz y me meto en la ducha.  

Y tiemblo de frío al salir, 
porque siempre es invierno
si estás mojado y desnudo entre palabras de 
prohombres que te congelan la sangre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario